Manifiesto de Izquierda Unida por el 1º de Mayo
POR LA PAZ
POR UN EMPLEO DECENTE EN IGUALDAD
POR UNA FISCALIDAD JUSTA Y PROGRESIVA.
La dramática imagen de las pateras cargadas de jóvenes africanos que abandonan sus países de origen y cruzan el mar al riesgo de su vida refleja de forma rotunda la brutal desigualdad reinante en la sociedad del siglo XXI, como consecuencia del modelo neoliberal de globalización.
Las escasas partidas que los países ricos destinan al desarrollo de los más pobres contrastan con los insultantes beneficios de las multinacionales a escala mundial. Mientras, los gobiernos duplican gastos en controles fronterizos, sin abordar la única fuente real de solución. Por ello es fundamental que el gobierno español respalde con un presupuesto suficiente el compromiso de alcanzar el Objetivo del Milenio, de Pobreza Cero, y acercarse al 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) que la ONU recomienda se destine en concepto de cooperación al desarrollo.
La reciente victoria conseguida en Francia por los trabajadores y los estudiantes, con la retirada del contrato precario para jóvenes, simboliza el rechazo de los pueblos europeos al proyecto neoliberal de liquidación del Estado del bienestar social. La movilización de la izquierda europea ha propiciado la modificación parcial por el Parlamento Europeo de la directiva Bolkestein sobre el mercado interior de servicios. Pero el texto aún mantiene graves amenazas a los derechos laborales conquistados, fomentando la privatización de servicios públicos y la deslocalización de empresas hacia los países con peores condiciones y derechos laborales. Por ello es necesario seguir presionando al Consejo de Ministros de la Unión Europea para su rectificación.
En nuestro país, pese al ciclo favorable de crecimiento económico registrado estos dos últimos años, aún reconociéndole moderados progresos en el plano social, el gobierno del PSOE se ha mostrado incapaz de abordar los graves problemas estructurales de nuestra realidad laboral. Sus propuestas económicas, laborales y fiscales están más cerca de los intereses de la derecha económica que de los trabajadores.
El gobierno continúa fijando a la baja las previsiones de inflación, con la pérdida de poder adquisitivo que esto supone para las rentas salariales más bajas; se reducen los costes laborales por la vía de la rebaja de las cotizaciones sociales; se continúa sustituyendo empleo de calidad por empleo temporal, precario y con bajos salarios; y no se ponen los medios necesarios para el cumplimiento de la ley de riesgos laborales, pese que cuatro trabajadores al día pierden la vida en accidentes laborales. Y todo esto se produce en los años de mayor beneficio empresarial de la historia económica de nuestro país.
Temporalidad, precariedad e inseguridad laboral conforman la realidad de una parte importante de los trabajadores y las trabajadoras, especialmente los jóvenes, las mujeres y los inmigrantes. Reclamamos del gobierno un mayor esfuerzo para avanzar en la igualdad salarial entre hombres y mujeres y erradicar la violencia de género.
Izquierda Unida respalda las propuestas planteadas por las centrales sindicales de clase para un acuerdo en la Mesa de Diálogo Social que, entre otros objetivos, apuntan hacia la reforma del mercado laboral mediante la conversión de contratos temporales en indefinidos, la lucha contra la concatenación ilegal de contratos eventuales, el aumento de las plantillas de Inspección del Trabajo, la ampliación de los derechos sindicales en las empresas de contratas y el establecimiento de un nuevo subsidio de desempleo de seis meses para los mayores de 45 años sin responsabilidades familiares. Paralelamente, sería necesario restablecer la causalidad en la contratación y generalizar la semana laboral de 35 horas sin reducción salarial.
La Reforma Fiscal emprendida por el gobierno, basada en la rebaja generalizada de impuestos, favorece de forma escandalosa a las rentas más altas y a quienes basan sus beneficios en la especulación financiera, en los rendimientos de capital y en las plusvalías. Tampoco compartimos la reducción del Impuesto de Sociedades de forma generalizada, sin condicionarla a la creación de empleo estable, digno y seguro.
Nuestro país no necesita tres reformas fiscales en una década, que conllevarán una pérdida de ingresos superior a los 12.000 millones de euros. Nuestro país necesita estos recursos para avanzar en la convergencia con nuestros vecinos europeos, en salarios y derechos, en gasto social y en inversiones en un tejido productivo que en la actualidad es débil, muy deficitario en investigación, desarrollo e innovación.
Nuestro país necesita redistribuir más y mejor su excedente presupuestario (más de un punto del PIB), en políticas industriales y energéticas compatibles con un modelo de desarrollo social y ecológicamente sostenible, libre de centrales nucleares; en políticas que vertebren la atención social a las personas dependientes y generen una red de empleos profesionales de calidad; en políticas educativas que garanticen una escuela pública de calidad; en unos Servicios Públicos de Empleo que intervengan eficazmente en favor de quienes padecen la lacra del paro; y en una RTVE pública modernizada con medios técnicos y profesionales suficientes, por la vía negociada del acuerdo laboral.
Para que todo ello sea posible, es imprescindible la alianza entre el trabajo y la ecología, la convergencia de los trabajadores, sus sindicatos y partidos de la izquierda en favor de un giro social, en la exigencia de políticas que terminen con la precariedad y la siniestralidad laboral, en la consecución del empleo decente para todas y todos.
Finalmente, Izquierda Unida saluda las victorias de la izquierda en Italia y en América Latina, a la vez que reafirma su compromiso de solidaridad con el pueblo iraquí, que sufre los efectos de una guerra ilegal y con los familiares de José Couso en pos de la justicia internacional; con el pueblo palestino en su lucha por la independencia; y con el pueblo saharaui en su exigencia del derecho de autodeterminación.
Aquí en España, una vez se haya verificado la vigencia del " alto el fuego permanente " declarado por ETA, será necesario respaldar con determinación el proceso de paz en el País Vasco, tal y como ha establecido el Congreso de los Diputados.
¡Viva la unidad de los trabajadores y las trabajadoras!
¡Viva el 1º de Mayo!
POR UN EMPLEO DECENTE EN IGUALDAD
POR UNA FISCALIDAD JUSTA Y PROGRESIVA.
La dramática imagen de las pateras cargadas de jóvenes africanos que abandonan sus países de origen y cruzan el mar al riesgo de su vida refleja de forma rotunda la brutal desigualdad reinante en la sociedad del siglo XXI, como consecuencia del modelo neoliberal de globalización.
Las escasas partidas que los países ricos destinan al desarrollo de los más pobres contrastan con los insultantes beneficios de las multinacionales a escala mundial. Mientras, los gobiernos duplican gastos en controles fronterizos, sin abordar la única fuente real de solución. Por ello es fundamental que el gobierno español respalde con un presupuesto suficiente el compromiso de alcanzar el Objetivo del Milenio, de Pobreza Cero, y acercarse al 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB) que la ONU recomienda se destine en concepto de cooperación al desarrollo.
La reciente victoria conseguida en Francia por los trabajadores y los estudiantes, con la retirada del contrato precario para jóvenes, simboliza el rechazo de los pueblos europeos al proyecto neoliberal de liquidación del Estado del bienestar social. La movilización de la izquierda europea ha propiciado la modificación parcial por el Parlamento Europeo de la directiva Bolkestein sobre el mercado interior de servicios. Pero el texto aún mantiene graves amenazas a los derechos laborales conquistados, fomentando la privatización de servicios públicos y la deslocalización de empresas hacia los países con peores condiciones y derechos laborales. Por ello es necesario seguir presionando al Consejo de Ministros de la Unión Europea para su rectificación.
En nuestro país, pese al ciclo favorable de crecimiento económico registrado estos dos últimos años, aún reconociéndole moderados progresos en el plano social, el gobierno del PSOE se ha mostrado incapaz de abordar los graves problemas estructurales de nuestra realidad laboral. Sus propuestas económicas, laborales y fiscales están más cerca de los intereses de la derecha económica que de los trabajadores.
El gobierno continúa fijando a la baja las previsiones de inflación, con la pérdida de poder adquisitivo que esto supone para las rentas salariales más bajas; se reducen los costes laborales por la vía de la rebaja de las cotizaciones sociales; se continúa sustituyendo empleo de calidad por empleo temporal, precario y con bajos salarios; y no se ponen los medios necesarios para el cumplimiento de la ley de riesgos laborales, pese que cuatro trabajadores al día pierden la vida en accidentes laborales. Y todo esto se produce en los años de mayor beneficio empresarial de la historia económica de nuestro país.
Temporalidad, precariedad e inseguridad laboral conforman la realidad de una parte importante de los trabajadores y las trabajadoras, especialmente los jóvenes, las mujeres y los inmigrantes. Reclamamos del gobierno un mayor esfuerzo para avanzar en la igualdad salarial entre hombres y mujeres y erradicar la violencia de género.
Izquierda Unida respalda las propuestas planteadas por las centrales sindicales de clase para un acuerdo en la Mesa de Diálogo Social que, entre otros objetivos, apuntan hacia la reforma del mercado laboral mediante la conversión de contratos temporales en indefinidos, la lucha contra la concatenación ilegal de contratos eventuales, el aumento de las plantillas de Inspección del Trabajo, la ampliación de los derechos sindicales en las empresas de contratas y el establecimiento de un nuevo subsidio de desempleo de seis meses para los mayores de 45 años sin responsabilidades familiares. Paralelamente, sería necesario restablecer la causalidad en la contratación y generalizar la semana laboral de 35 horas sin reducción salarial.
La Reforma Fiscal emprendida por el gobierno, basada en la rebaja generalizada de impuestos, favorece de forma escandalosa a las rentas más altas y a quienes basan sus beneficios en la especulación financiera, en los rendimientos de capital y en las plusvalías. Tampoco compartimos la reducción del Impuesto de Sociedades de forma generalizada, sin condicionarla a la creación de empleo estable, digno y seguro.
Nuestro país no necesita tres reformas fiscales en una década, que conllevarán una pérdida de ingresos superior a los 12.000 millones de euros. Nuestro país necesita estos recursos para avanzar en la convergencia con nuestros vecinos europeos, en salarios y derechos, en gasto social y en inversiones en un tejido productivo que en la actualidad es débil, muy deficitario en investigación, desarrollo e innovación.
Nuestro país necesita redistribuir más y mejor su excedente presupuestario (más de un punto del PIB), en políticas industriales y energéticas compatibles con un modelo de desarrollo social y ecológicamente sostenible, libre de centrales nucleares; en políticas que vertebren la atención social a las personas dependientes y generen una red de empleos profesionales de calidad; en políticas educativas que garanticen una escuela pública de calidad; en unos Servicios Públicos de Empleo que intervengan eficazmente en favor de quienes padecen la lacra del paro; y en una RTVE pública modernizada con medios técnicos y profesionales suficientes, por la vía negociada del acuerdo laboral.
Para que todo ello sea posible, es imprescindible la alianza entre el trabajo y la ecología, la convergencia de los trabajadores, sus sindicatos y partidos de la izquierda en favor de un giro social, en la exigencia de políticas que terminen con la precariedad y la siniestralidad laboral, en la consecución del empleo decente para todas y todos.
Finalmente, Izquierda Unida saluda las victorias de la izquierda en Italia y en América Latina, a la vez que reafirma su compromiso de solidaridad con el pueblo iraquí, que sufre los efectos de una guerra ilegal y con los familiares de José Couso en pos de la justicia internacional; con el pueblo palestino en su lucha por la independencia; y con el pueblo saharaui en su exigencia del derecho de autodeterminación.
Aquí en España, una vez se haya verificado la vigencia del " alto el fuego permanente " declarado por ETA, será necesario respaldar con determinación el proceso de paz en el País Vasco, tal y como ha establecido el Congreso de los Diputados.
¡Viva la unidad de los trabajadores y las trabajadoras!
¡Viva el 1º de Mayo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario