miércoles, octubre 17, 2007

Muere a los 96 años de edad Mercedes Sanz Bachiller, fundadora del Auxilio Social de la Falange



“Para mi, entre los niños no hay rojos, ni blancos, ni azules, ni morados. Para mi el niño es el niño, sea de la clase que sea, y lo mismo me da que proceda de una familia anarquista, que su padre esté en la cárcel o que haya muerto en el frente. Más motivo para darle de comer.”


Esta misma semana moría en Madrid a los 96 años de edad Mercedes Sanz Bachiller, fundadora del Auxilio Social de la Falange y viuda de Onésimo Redondo, fundador de las CONS, cofundador de Falange Española y Triunviro de la misma.

Mercedes Sanz Bachiller procedía de una familia acomodada de Valladolid aunque siempre recordaba con orgullo que ella había nacido en 1911 en el madrileño barrio de Chamberí por casualidad.

Quedó huérfana a los catorce años y entró a estudiar interna en el colegio de monjas francesas de Valladolid. En 1931 se casó con Onésimo Redondo, fundador de Falange Española. En 1936, cuando esperaba su cuarto hijo, quedó viuda a los 25 años de edad, su marido, Onésimo Redondo, era asesinado en extrañas circunstancia aun hoy sin esclarecer. La noticia le hizo perder el hijo que esperaba.

«Mercedes y Javier (su segundo esposo) se complementaban porque no se parecían, salvo en la pasión por la empresa política. Mercedes era directa, vehemente, y, tanto corporal como anímicamente, la imagen del fresco impulso natural y de la energía. Era una mujer morena, de voz y ademanes algo patéticos, fuerte, con una belleza que el luto y la austeridad un poco anticuada del aliño ponían en su mejor punto. Tenía un rostro ancho, un cuerpo firme, unas manos muy expresivas que parecían asir y conformar sus propias imaginaciones». Dionisio Ridruejo.

La pérdida de su esposo y su hijo la marcó para siempre, y con ese gran trauma personal que supone la perdida de un esposo y un hijo, -era el segundo que perdía- ideó y fundo el Auxilio de Invierno, después Auxilio Social, una institución creada para ayudar a los niños y mujeres de ambos bandos víctimas de la guerra civil española. Mercedes se desvivió por los niños de la guerra y tuvo especial interés por los niños que la guerra obligó a desperdigarse por el mundo, especialmente en la desaparecida URSS y américa latina.

Mercedes nunca lo tuvo fácil y recibió continuos ataques incluso de personalidades del propio régimen franquista. Serrano Suñer y su entorno no dudaron en acusarla de malversación e incluso Pilar Primo de Rivera, que siempre la vio como una competencia, intentó absorber en la Sección Femenina la obra social de Mercedes, el Auxilio Social. Pilar Primo de Rivera encontró dificultades por la identificación del Auxilio Social con las JONS y Hedilla y la personalidad de Mercedes. Finalmente Franco concedió la "independencia" del Auxilio Social para mantenerse al margen de la Sección Femenina.

Mercedes dedicó parte de su vida a las víctimas de la guerra, y cuando entendió que su trabajo había terminado, desapareció del escenario político para dedicarse a su familia. Mercedes siempre apostó por el establecimiento de la democracia en España. Asegura que Franco fue honrado pero que le pudo el poder al no dejar la jefatura del Estado pasados los años de la posguerra.

Mercedes mostró hasta sus últimos días una fortaleza que ni la guerra, ni la muerte de sus seres queridos, ni las críticas consiguieron mermar. Su trabajo hizo a esta Dama del Mérito Civil ser galardonada con la Gran Cruz de la Beneficencia, la Gran Cruz del Cardenal Cisneros, la Gran Cruz de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas y la Banda del mérito agrícola.

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