lunes, octubre 22, 2007

En el segundo aniversario del fallecimiento de Antonio Soriano, el Informal Segorbino le recuerda a través de un artículo publicado en El Mundo

Cuando se va a cumplir el segundo aniversario del fallecimiento de uno de los hijos más notables que tiene Segorbe, El Informal Segorbino quiere rendir un pequeño homenaje al librero español más internacional, Antonio Soriano.
El hecho es que me tomo la libertad de recordarlo e insertar un brillante artículo de Isabel Munera publicado en el diario El Mundo, pienso que son días de concordia y de reconciliación entre todos, se acerca también el 20 de noviembre, aniversarios de las muertes de Buenaventura Durruti y José Antonio Primo de Rivera, dos hombres buenos con ideales cercanos, crear una España libre, democrática y apacible, cuyo máximo sobrerano fuera el pueblo trabajador, así pues, es justo recordarlos y esta es mi manera de mostrar mi pesar y admiración a estos jóvenes que fueron emprendedores y visionarios, como lo fue Antonio Soriano.
También debo decir, que aunque no conocí personalmente al librero exiliado, me uno a los sentimientos de todos aquellos republicanos que con buena fe, lucharon por una España mejor, contra todo tipo de dictadura; "fascista o comunista". Estoy seguro que Antonio Soriano fue uno de ellos.
Luis J. Simón/El Informal Segorbino
Título: "Antonio Soriano, librero español a orillas del Sena"



Mientras París vivía su primavera revolucionaria, en España la libertad de expresión continuaba amordazada. Ávidos de cultura, cientos de españoles cruzaban la frontera para acercarse hasta la librería de Antonio Soriano —fallecido el 24 de octubre a los 92 años— en la capital francesa y comprar libros como los que publicaban la editorial Ruedo Ibérico, prohibidos por la censura franquista.

Figura clave del exilio español y antifranquista convencido, el fundador de la Librería Española nació en un hogar donde se respiraba cultura. Su padre, restaurador, y su madre, ama de casa, enseñaron a Soriano, desde pequeño, a disfrutar del mundo mágico de los libros.

Pero sus sueños, como los de otros muchos españoles, quedaron atrapados en el conflicto civil, que sorprendió al joven Soriano desempeñando su trabajo como bibliotecario del Ateneo Enciclopédico de Barcelona.

Sin dudarlo, e imbuido de los valores republicanos, se enroló en el bando popular y prestó sus servicios en la Oficina de Educación al Soldado. El avance de las tropas franquistas lo condujo en enero de 1939, como miles de españoles, al exilio. Durante nueve meses, conoció las penurias de los campos de concentración franceses, una experiencia que narraría años después en Exodos, un libro fundamental para conocer el exilio republicano en Francia.

Con el inicio de la II Guerra Mundial y la invasión del país vecino por los alemanes, el joven Soriano decidió abandonar París y refugiarse en el Sur, en la localidad de Toulouse. Es en esta ciudad, considerada durante años la capital de la República en el exilio, donde Antonio Soriano montó un centro cultural para mantener vivo el espíritu republicano.

Pero pronto este local donde se celebraban conferencias, reuniones y tertulias de asuntos muy diversos se transformó en una librería. "Las fronteras con España estaban cerradas y en Toulouse no había libros españoles. Para conseguirlos, me iba a Andorra con libros franceses y los cambiaba por otros españoles", comentaba hace unos años Antonio Soriano en una entrevista.

Con la liberación de Francia, el fundador de la Librería Española decidió regresar a París con "las manos en los bolsillos y una maleta llena de libros como equipaje". Buñuel lo acogió en su casa y Soriano continuó vendiendo libros en tenderetes improvisados en la calle.

Aquellos primeros tiempos en París fueron difíciles para Soriano que, poco a poco, consiguió el dinero necesario para alquilar un local primero en la calle de Mazarine y, más tarde, en el número 72 de la calle de Seine, en el año 1948. "Para hacer estas cosas hay que ser un poco Quijote", comentaba entre risas Soriano hace unos años.

Aquella isla hispana en París, en el corazón del Barrio Latino, pronto se convertió en un bullicioso centro cultural. Escritores como Camus, pintores como Picasso, poetas como Alberti y cineastas como Buñuel fueron asiduos visitantes de esta embajada de la literatura española en la capital francesa. Hasta el número 72 de la calle de Seine también se acercaban exiliados y escritores latinoamericanos en sus viajes a Europa.

Hace tan sólo un año, los lectores tuvieron que despedirse del local que durante tanto tiempo fue su refugio. La Librería Española iniciaba su particular exilio. El alza de los precios inmobiliarios en el Barrio Latino obligó a la familia Soriano a colgar el cartel de traspaso. Sus hijos, herederos del negocio, no tuvieron el valor suficiente para decirle a su padre que el local tenía un nuevo dueño. Temían que su avanzada edad no resistiera este duro golpe.

Antonio Soriano nunca supo que la emblemática esquina se había convertido en una lujosa tienda de decoración, donde ahora permanecen dormidos muchos recuerdos. Pero seguro que estaría tranquilo si supiera que el espíritu que le impulsó un día a ser librero continúa vivo en cada uno de los libros que ahora descansan plácidamente en las estanterías de la nueva librería de la calle de Littre.

Antonio Soriano, editor y librero, nació en Segorbe (Castellón) en 1913 y falleció el 24 de octubre de 2005 en París

Fuente: "El Mundo"/Foto: EFE

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