"El PSOE resucita las 2 españas", por francisco martínez
Dime de qué presumes y te diré de qué careces. Es sin duda, el mejor resumen que podría hacerse del nuevo disparate en el que está inmerso el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, empeñado en aprobar al precio que sea la ley de memoria histórica, una norma que solo pretende generar polémica, división y avivar las heridas del rencor en una España con un sistema democrático más que sólido.
Y si no, ¿cómo se entiende la nueva pretensión de María Teresa Fernández de la Vega y los secuaces del Ejecutivo del PSOE? Por primera vez en la historia de la España democrática, el presidente que tiene que representar a todos los españoles, está desarrollando una serie de acciones que, lejos de beneficiar al conjunto de la sociedad, lo que pretenden es dividirla, resquebrajando unos cimientos que llevan más de 30 años asentados en las raíces de un país cuya Constitución enterró su peor etapa y que mira de frente al futuro. España, con la Transición , dijo adiós a la confrontación e inició su mejor triunfo: el de la conciliación.
¿Qué sentido tiene volver a crear dos bandos? ¿Es necesario volver a la España del enfrentamiento? ¿A una España de buenos y malos? Evidentemente, la respuesta es no. Porque la nueva ley de memoria histórica no es más que eso: una nueva cortina de humo de un PSOE absolutamente irresponsable que intenta ocultar su incapacidad al frente de las instituciones y que demuestra una falta de madurez absoluta a la hora de tomas decisiones y de equilibrar sus fuerzas en beneficio de todos los españoles.
Ahora, cuando todos creíamos que nuestra Transición había sido modélica, el PSOE desempolva el franquismo, ese régimen que rechazamos todos los demócratas. Esos mismos demócratas que le exigimos al PSOE que, para garantizar el respeto internacional de nuestro país, exija responsabilidades a mandatarios como Fidel Castro, o Hugo Chávez, auténticos dictadores que mantienen bajo la más absoluta represión a su pueblo. Zapatero y De la Vega son juez y parte. Afirman defender la libertad de expresión, pero cuando la oposición les lleva la contraria declaran que solo buscan el conflicto; defienden la España plural, pero solo apuestan por sus amistades territoriales; aseguran que defienden la libertad de símbolos, pero no obligan a los ayuntamientos a que exhiban la bandera de España, ni condenan expresamente la quema de imágenes de la Corona.
Los ciudadanos ya saben quién está al frente del Gobierno. En lugar de leyes absurdas que desentierran heridas y crean alarma social, los españoles quieren soluciones al problema del acceso a la vivienda, un salario más digno, mayor seguridad en el empleo, mejor atención sanitaria y social, soluciones a la inmigración ilegal, el fin definitivo del terrorismo-. Estos son los verdaderos problemas de los españoles y estas son las exigencias de los ciudadanos. El PP no va a permitir esta estrategia y va a seguir centrando su trabajo en resolver los principales problemas de los ciudadanos, tal y como viene haciendo desde instituciones como ayuntamientos, la Diputación Provincial de Castellón o la Generalitat Valenciana. Y mientras, el PSOE que haga memoria, en lugar de luchar por el futuro.
Vicepresidente primero de la Diputación
Y si no, ¿cómo se entiende la nueva pretensión de María Teresa Fernández de la Vega y los secuaces del Ejecutivo del PSOE? Por primera vez en la historia de la España democrática, el presidente que tiene que representar a todos los españoles, está desarrollando una serie de acciones que, lejos de beneficiar al conjunto de la sociedad, lo que pretenden es dividirla, resquebrajando unos cimientos que llevan más de 30 años asentados en las raíces de un país cuya Constitución enterró su peor etapa y que mira de frente al futuro. España, con la Transición , dijo adiós a la confrontación e inició su mejor triunfo: el de la conciliación.
¿Qué sentido tiene volver a crear dos bandos? ¿Es necesario volver a la España del enfrentamiento? ¿A una España de buenos y malos? Evidentemente, la respuesta es no. Porque la nueva ley de memoria histórica no es más que eso: una nueva cortina de humo de un PSOE absolutamente irresponsable que intenta ocultar su incapacidad al frente de las instituciones y que demuestra una falta de madurez absoluta a la hora de tomas decisiones y de equilibrar sus fuerzas en beneficio de todos los españoles.
Ahora, cuando todos creíamos que nuestra Transición había sido modélica, el PSOE desempolva el franquismo, ese régimen que rechazamos todos los demócratas. Esos mismos demócratas que le exigimos al PSOE que, para garantizar el respeto internacional de nuestro país, exija responsabilidades a mandatarios como Fidel Castro, o Hugo Chávez, auténticos dictadores que mantienen bajo la más absoluta represión a su pueblo. Zapatero y De la Vega son juez y parte. Afirman defender la libertad de expresión, pero cuando la oposición les lleva la contraria declaran que solo buscan el conflicto; defienden la España plural, pero solo apuestan por sus amistades territoriales; aseguran que defienden la libertad de símbolos, pero no obligan a los ayuntamientos a que exhiban la bandera de España, ni condenan expresamente la quema de imágenes de la Corona.
Los ciudadanos ya saben quién está al frente del Gobierno. En lugar de leyes absurdas que desentierran heridas y crean alarma social, los españoles quieren soluciones al problema del acceso a la vivienda, un salario más digno, mayor seguridad en el empleo, mejor atención sanitaria y social, soluciones a la inmigración ilegal, el fin definitivo del terrorismo-. Estos son los verdaderos problemas de los españoles y estas son las exigencias de los ciudadanos. El PP no va a permitir esta estrategia y va a seguir centrando su trabajo en resolver los principales problemas de los ciudadanos, tal y como viene haciendo desde instituciones como ayuntamientos, la Diputación Provincial de Castellón o la Generalitat Valenciana. Y mientras, el PSOE que haga memoria, en lugar de luchar por el futuro.
Vicepresidente primero de la Diputación
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