martes, enero 29, 2008

Los desprendimientos obligan a cerrar de forma indefinida dos carriles de la autovía Mudéjar

El Ministerio de Fomento ha aplazado indefinidamente la reapertura de la autovía Mudéjar en el puerto del Ragudo por los deslizamientos del terreno en una ladera junto a la calzada en sentido Valencia, que permanece cortada parcialmente varias semanas. El peligro constante de desprendimientos ha obligado al ministerio a encargar al Centro de Estudios y Experimentación en Obras Públicas (Cedex) un estudio para encontrar una solución. No hay fecha para la reapertura.

Los deslizamientos del terreno en una de las laderas del puerto del Ragudo mantienen hipotecada la reapertura de la autovía Mudéjar tan sólo un mes después de su inauguración. El peligro de desprendimientos sobre la calzada, lejos de ser un problema puntual, se ha convertido en un asunto de difícil resolución que ha llevado al Ministerio de Fomento a aplazar sin fecha la reapertura del tramo afectado, en el que está parcialmente cortada la calzada en dirección a Valencia. El aplazamiento sin fechas ha sido confirmado a Levante-EMV por fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana.

El tramo, como se recordará, llegó a inaugurarse las pasadas navidades, lo que supuso el flamante cierre de todo el itinerario íntegro por la autovía Valencia-Teruel. Sin embargo, a los 15 días de la apertura fue necesario cortar al tráfico la calzada en sentido a Valencia al caer sobre ella varios bloques de piedras y desmoronarse parte de la ladera de la montaña a cuyo pie discurre la A-23.

Situación delicada

Al parecer no se trata de un hecho aislado y ya se conocía que el terreno es problemático desde que se construyó en los años 80 la carretera N-234 -que en su momento se planificó como primera calzada de la actual autovía-. Entonces ya fue necesario realizar sondeos para sujetar con seguridad las pilas del viaducto sobre el terreno.

Pero ahora la situación es más delicada, ya que el temor del ministerio a que haya nuevos desprendimientos de envergadura está justificado: se trata de una zona de calizas kársticas, fracturada internamente y de gran inestabilidad, situada a escasos metros de la traza de la autovía. Por ello, se ha encomendado un estudio al prestigioso Centro de Estudios y Experimentación en Obras Públicas (Cedex), lo que exigirá los correspondientes sondeos y trabajos sobre el terreno para conocer con exactitud la naturaleza y alcance del problema. En medios técnicos consultados por este diario se hablaba ayer de que la reapertura podría demorarse meses hasta que se consiga una solución definitiva con las suficientes garantías de seguridad.

Este corte empaña todavía más el balance de ejecución de las obras en este tramo de la autovía Mudéjar. Construido por la empresa valenciana Pavasal, el tramo Viver-límite con Teruel se ha ejecutado con un considerable retraso y un sobrecoste de al menos un 20% sobre la inversión inicialmente prevista. Terminadas las obras y abierto al tráfico el tramo en cuestión, los desprendimientos, y el corte actual en una calzada del eje viario, han supuesto un nuevo revés.

En el punto afectado por los desprendimientos, el Ministerio de Fomento mantiene cortado el carril derecho de la calzada de la autovía en dirección a Valencia, pudiéndose circular la mayor parte del tiempo sólo por el izquierdo. Sin embargo, también se produce temporalmente el cierre de toda la calzada, con lo que el tráfico de descenso hacia Castelló y Valencia se desvía-mediante la ordenación con conos- a la calzada contraria, la de ascenso en dirección a Teruel.

Para ello se utiliza el carril interior, ya que esta calzada dispone de tres carriles, con el fin de que los vehículos pesados -que circulan muy lentamente en este puerto a causa del desnivel de la rampa- no entorpezca al resto del tráfico.

Fuente: "Levante de Castellón"

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