Opinión: ¿Puedo ir así a clase?
Cuando un padre irresponsable y una niña cabezota consiguen que se hable de ellos durante semanas en todos los medios de comunicación, es señal de que vivimos en un país de pandereta. En cualquier otro lugar civilizado, lo primero que habrían hecho es iniciar el papeleo para revisar la custodia al tipo por permitir que su hija esté dos meses sin ir a clase.
Por si no se han enterado todavía -algo extraño, pues en los últimos días para tapar el tema del paro, sólo se ha hablado de eso y del volcán islandés- resulta que hay un instituto público cuyo reglamento establece que “en el interior del edificio no se permitirá el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza“. Y claro, eso incluye cualquier tipo de velo.
La chica dice que sin su hiyab no va a clase, pues parece que siente tanto su religión que, en lugar de llevarla en su interior como el resto de personas, necesita que también los demás lo sepan. Y todo esto, justamente ahora que estamos consiguiendo que los niños no tengan que ver en la pared de enfrente a un tipo crucificado, con lo educativo que era eso.
Como en el centro no ceden, la comunidad islámica estudia llevar al instituto ante el Tribunal Constitucional por “violar la libertad religiosa y el derecho de educación”. Cuando lo verdaderamente anticonstitucional es que su propia religión discrimine de una forma tan clara a la mujer; pero claro, en eso, el Ministerio de Igualdad no se va a meter pues al final todo son votos.
Y es que en esta sociedad que estamos construyendo parece que a muchos se les olvida que a las escuelas se va a aprender matemáticas, física, geografía, etc. Y no a demostrar a los demás a qué religión pertenece uno; eso, en casa.
Un servidor ha llegado a la conclusión de que, en realidad, lo del hiyab no es más que una excusa. Pues esta chica sabe que si al final consigue llevarlo a clase, al año siguiente ya nadie tendrá argumentos para negar el deseo de toda estudiante: poder ir a clase con burka.
Y es que las ventajas del burka en clase son infinitas. Una puede levantarse más tarde porque ya no es necesario lavarse la cara ni peinarse, pues nadie lo va notar. Además, gracias al burka cualquier estudiante podrá cerrar los ojos y echar esa cabezadita que viene tan bien en clase de matemáticas. Y lo mejor de todo, en los exámenes es una prenda que va de lujo, pues le permite a uno mirar de reojo al compañero. Como ven, al final son todo ventajas.
.
P.D.: El Jediísmo es un nuevo movimiento religioso no-teísta inspirado en el guión de la saga de películas de la Guerra de las Galaxias.
Sólo en el Reino Unido, 390.000 personas, el 0,7% de la población, dijeron que su religión era la Jedi en el censo del 2001. Convirtiéndola en la cuarta religión más extendida del país. (Wikipedia)
Por eso, si finalmente consiguen que la chica lleve el hiyab a clase, incúlquele a su hijo la religión Jediísta y permítale ir a clase con la máscara de Darth Vader. Ningún colegio se lo podrá negar y seguro que hace feliz a su chiquillo.
Por si no se han enterado todavía -algo extraño, pues en los últimos días para tapar el tema del paro, sólo se ha hablado de eso y del volcán islandés- resulta que hay un instituto público cuyo reglamento establece que “en el interior del edificio no se permitirá el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza“. Y claro, eso incluye cualquier tipo de velo.
La chica dice que sin su hiyab no va a clase, pues parece que siente tanto su religión que, en lugar de llevarla en su interior como el resto de personas, necesita que también los demás lo sepan. Y todo esto, justamente ahora que estamos consiguiendo que los niños no tengan que ver en la pared de enfrente a un tipo crucificado, con lo educativo que era eso.
Como en el centro no ceden, la comunidad islámica estudia llevar al instituto ante el Tribunal Constitucional por “violar la libertad religiosa y el derecho de educación”. Cuando lo verdaderamente anticonstitucional es que su propia religión discrimine de una forma tan clara a la mujer; pero claro, en eso, el Ministerio de Igualdad no se va a meter pues al final todo son votos.
Y es que en esta sociedad que estamos construyendo parece que a muchos se les olvida que a las escuelas se va a aprender matemáticas, física, geografía, etc. Y no a demostrar a los demás a qué religión pertenece uno; eso, en casa.
Un servidor ha llegado a la conclusión de que, en realidad, lo del hiyab no es más que una excusa. Pues esta chica sabe que si al final consigue llevarlo a clase, al año siguiente ya nadie tendrá argumentos para negar el deseo de toda estudiante: poder ir a clase con burka.
Y es que las ventajas del burka en clase son infinitas. Una puede levantarse más tarde porque ya no es necesario lavarse la cara ni peinarse, pues nadie lo va notar. Además, gracias al burka cualquier estudiante podrá cerrar los ojos y echar esa cabezadita que viene tan bien en clase de matemáticas. Y lo mejor de todo, en los exámenes es una prenda que va de lujo, pues le permite a uno mirar de reojo al compañero. Como ven, al final son todo ventajas.
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P.D.: El Jediísmo es un nuevo movimiento religioso no-teísta inspirado en el guión de la saga de películas de la Guerra de las Galaxias.
Sólo en el Reino Unido, 390.000 personas, el 0,7% de la población, dijeron que su religión era la Jedi en el censo del 2001. Convirtiéndola en la cuarta religión más extendida del país. (Wikipedia)
Por eso, si finalmente consiguen que la chica lleve el hiyab a clase, incúlquele a su hijo la religión Jediísta y permítale ir a clase con la máscara de Darth Vader. Ningún colegio se lo podrá negar y seguro que hace feliz a su chiquillo.
Fuente: terceraopinion.com
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