martes, noviembre 25, 2008

Exigen quitar la foto del Rey de las escuelas públicas

¿Puede ser imparcial un tribunal presidido por la imagen del monarca cuando juzgue a un republicano? ¿No es apología de la Monarquía colocar en las aulas la foto del sucesor de Franco? Una dinastía dos veces expulsada de España y dos veces reinstaurada por la fuerza en sendos golpes de Estado no es ningún ejemplo para la juventud de una sociedad democrática.

En España no es obligatorio ser católico, protestante, hebreo, musulmán, budista, testigo de Jehová miembro de la Iglesia del Séptimo Día, monárquico o republicano. Y nadie lo prohíbe. Pero colocar en un lugar público -de titularidad estatal- un símbolo representativo de una de esas instituciones es una desconsideración hacia quienes creen en una opción distinta. Apelar a que una de ellas es mayoritaria carece de sentido cuando se trata de preservar un principio (el pluralismo), que de ninguna manera puede depender de una determinada relación de fuerzas.

No es cuestión de mayorías; en la escuela se puede y se debe educar en el hecho religioso o en el político como motores del comportamiento humano, pero un centro estatal de enseñanza no es el lugar apropiado para la exhibición de símbolos políticos. Simplemente, no es el sitio, porque el Estado refundado en 1978 es respetuoso con todas las creencias y, por tanto, está obligado a ser neutral, imparcial, ante las distintas opciones.

La fotografía del Rey colgada en la pared de una escuela pública, un tribunal o un centro sanitario rompe la neutralidad del Estado en materia de libertad de conciencia y violenta las creencias más íntimas de la persona al presentar la imagen de una institución sin cuestionar su legitimidad, atentando de este modo, contra toda la ciudadanía que demanda una forma de gobierno alternativa.

Se suma a ello el adoctrinamiento a la población escolar –más vulnerable e influenciable- al buscar imponer una moral de Estado que presenta a la Monarquía como algo dado, encubriendo su carácter predemocrático y la posibilidad de cambio hacia otras figuras más representativas de la voluntad popular.

Dejemos a la infancia en paz. No queremos que los monárquicos manejen a nuestros hijos en las aulas. En los colegios se va a aprender, a jugar y a relacionarse con los demás, no a ser aleccionado desde imposiciones coactivas propias de regímenes totalitarios.

No queremos que se imponga a los niños la representación de una institución parasitaria cuya historia no es precisamente modelo pedagógico de ninguna virtud.

Por todo ello, proponemos que escribas al Ministerio de Educación, Política Social y Deporte exigiendo la retirada inmediata de los centros escolares públicos de todas las fotos, efigies, retratos, placas conmemorativas, bustos, etc que impongan la Monarquía dando una imagen favorable de dicha institución por entender que suponen una forma de adoctrinamiento que atenta contra la libertad de conciencia de los escolares.

Fuente: jarabeauténtico.blogspot.com

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