sábado, diciembre 05, 2009

Sección opinión: "COMISIONES OBRERAS. OMISIONES OBRERAS"

Atrás quedan en el tiempo aquellos mítines de Alfonso Guerra, por la Andalucía, Extremadura y Castilla – La Mancha profundas, a donde los militantes se desplazaban en autobús, durante interminables horas de ruta sin autovías ni autopistas, a cambio de unos bocadillos y unas latas de refresco. Eran aquellos años 80 que están más cercanos a cumplir la treintena.

Hoy en día, en plena y feroz crisis económica que se ha llevado por delante puestos de trabajo y pequeñas y medianas empresas, por no recordar a algunas consideradas grandes, el dinero del contribuyente, nuestro dinero, que se destina a subvencionar a los sindicatos para mayor gloria de Zapatero, servirá también para que Comisiones Obreras “invite” a militantes y simpatizantes a la manifestación de Madrid del día 12 de Diciembre contra los empresarios.

Los sindicatos – y Comisiones como parte de ellos – necesitan desesperadamente que la marcha del día 12 sea un éxito de asistencia. Lo necesitan porque, en realidad, el trasfondo y objetivo de esta manifestación no es en sí la defensa del trabajador. Todo eso quedó atrás hace décadas. Esta concentración será una ostentación de fuerza, un cerrar filas entorno al líder ZP. Un desesperado intento para probar a los españoles que el apóstol del talante, Zapatero, sigue estando en la cima, por encima de los errores y la continuada ineptitud de sus ministros y asesores. Y si para sostener al icono de la izquierda “progresista” tienen que acometer contra el colectivo más capacitado para crear y sostener el empleo y la economía (que es lo que los trabajadores deberían entender verdaderamente por “progreso”), como son los empresarios, lo harán sin ningún miramiento y sin meditar en las consecuencias.

A los sindicalistas no les importan las lecciones que ofrece la historia, ni los resultados comprobados, aún sobre las vidas y la ruina de millones de trabajadores, que aportan las políticas erróneas. Repiten y asimilan las consignas de antaño. La empresa tiene la culpa de la crisis. Ser rico es igual a ser culpable. Beneficio es igual a pecado contra la sociedad. Mientras, ellos se disponen a abroncar a quienes les podrían facilitar trabajo si el gran Rodríguez Zapatero, el mismo que engañó a la clase trabajadora asegurándoles que la crisis nunca llegaría a España y que él lograría el pleno empleo, reconociera que las medidas que propone su gobierno jamás han sacado a ningún país de una crisis.

Dicen de Cándido Méndez que se comporta, y ZP le trata, como si fuera el cuarto vicepresidente del Gobierno. Tan solo le falta ostentar oficialmente el cargo. En la práctica, Méndez parece más próximo al Presidente Zapatero que muchos de los ministros de su gabinete. Le secunda en su línea política de acoso a la oposición y a los empresarios, y no duda, como ya sucedió el pasado año por estas fechas, en dejar desatendidos a colectivos de trabajadores que protestaban contra un gobierno socialista tan ausente entonces como los propios sindicatos.

El próximo día 12 la España sectaria saldrá a la calle. Clamará contra los empresarios y vociferará para proteger a Zapatero y a sus peones. A esta parte de España no le importa que el Presidente del gobierno haya mentido a diario, desde hace años. No le importa las promesas populistas incumplidas. Le tiene sin cuidado que el futuro de la recuperación de los españoles esté mucho más lejano que el de los alemanes, franceses, norteamericanos… A esa España no le preocupa que cada previsión de su líder, o de sus ministros, haya fallado estrepitosamente. No le importan los millones de parados, ni los negocios arruinados. A esa España, la de los 11 millones de votos socialistas, prefiere protestar contra quienes puedan crear riqueza, simplemente porque no son de los suyos.


Fuente: elrepublicanodigital.blogspot.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Simón, debe de existir un error este artículo no lo he escrito, yo.

Yo lo he visto circulando por FECEBOOK, pero no está escrito por mí.



Un abrazo.